Juan está algo inquieto porque a sus 32 años, el retiro profesional como futbolista lo tiene a la vuelta de la esquina.
No tiene muy claro qué quiere hacer cuando se retire, pero sabe que es buen momento para poner en orden su patrimonio. Siempre ha tenido muy buenos ingresos y ha tenido que viajar constantemente, por lo que no se había preocupado especialmente por sus asuntos de dinero, pese a no haber cometido demasiados errores.
Juan llega a BISSAN a través de un compañero de equipo con quien comparte su preocupación, quien lleva un par de años trabajando con nosotros.
Juan lleva una vida ordenada y ha acumulado un patrimonio importante. Ha invertido inercialmente en pisos y algún local que le ha dado problemas. También en algunas “start-ups” con resultados peores de los esperados.
Con las inversiones financieras no ha sido muy diferente. Una parte lo tiene en el banco “de toda la vida” (aunque ya ha cambiado dos veces de asesor) y la otra en otro banco por recomendaciones de amigos, pero en los dos casos han hecho lo mismo: después de hacerle cinco o diez preguntas y pasarle un test MiFID, le asignan una cartera perfilada.
Su patrimonio financiero, que asciende a 3.580.000 euros, representa el 40% de su patrimonio neto total y se pregunta si será suficiente para mantener el nivel de vida de su familia, cubrir la educación privada de sus dos hijos pequeños (6 y 3 años), ayudarles con su futura vivienda, ayudar a sus padres “de alguna manera” y hacer frente a las reformas de los cuatro inmuebles que posee. Además, tiene muchas ideas ahora y no sabe si puede llevarlas a cabo sin arriesgar su futuro.
En BISSAN entendemos muy bien a Juan y sabemos que todos esos objetivos no caben en un fondo perfilado.
Tras reunirnos varias veces con él y su mujer, analizar en detalle toda su situación profesional, laboral y familiar tanto actual como futura, entendemos mejor su relación con el dinero y podemos hacerle, entonces, mejores recomendaciones. A su vez, analizamos sus ingresos y gastos, balance patrimonial, encontramos el nivel de vida que tienen, se hacen planes de inversión para cada uno de los objetivos y el ahorro que se generará con los años que tiene de vigencia su contrato. En otras palabras, ponemos orden desde una visión integral de su patrimonio y lo aplicamos a cubrir en realidad lo que les preocupa y anhelan.
En esta planificación también identificamos otros temas que pasan desadvertidos pero que son muy importantes: todas las coberturas de seguros, pues algunas en realidad no las necesitan, realizar un testamento y plantear vender una de las casas para equilibrar mejor su estructura patrimonial global.
El caso expuesto no es un caso real sino que pretende ser un ejemplo ilustrativo. Todos los nombres y detalles son ficticios.